martes, 31 de mayo de 2016

Ser soltero es un regalo.


Algunas personas dicen que ser soltero es un regalo y otros dicen que si es un regalo, quieren devolverlo. Pero un regalo de Dios es muy especial si creemos que Él nos conoce más que los otros, y que Él quiere lo mejor y tiene un plan para nosotros.
Piensa en tu persona favorita—de repente tu abuelito o tu mejor amigo—te da un regalo. Te conoce y te ama. ¿Qué harías? ¿Te pondrías triste? ¿Lo dejarías en la mesa y harías muecas? No. Lo abrirías y lo usarías ahora.
La soltería es un regalo de tiempo, una vida enfocada. Debemos abrirlo y usarlo. No significa que nunca queramos casarnos sino que queremos vivir una vida completa ahora y no desesperarnos. A veces podemos sentirnos olvidados por Dios. Como si Dios tuviera todas sus carpetas en su computadora, una para cada persona. Y de repente no está mirando tu carpeta. ¿Tal vez perdió la mía o de repente la borró por error? Pero, Dios no comete errores. Tu carpeta está bien. Él piensa en ti. Tiene planes para ti. Y aunque a veces perece que Dios no esté trabajando en tu vida, podemos estar seguros que Él está muy activo en nosotros
Piensa en la verdad. No permitas que tu mente tenga ideas falsas.
¿Te gusta el pollo? ¿Lo comerías crudo?. Comerlo crudo no va ser rico, es feo y puede hacerte daño. A veces pensamos que sabemos más que Dios y estamos listos para una pareja. Pero Dios sabe que hay más por hacer.
Un pollo, con la preparación correcta, con especias, con tiempo para cocinarse bien, puede ser muy rico.
No debes darte prisa cuando Dios nos está preparando o está preparando a tu pareja. Espera en Dios. Tener prisa frecuentemente es el primer paso al pecado o a un error.
Hay personas que no están listas para casarse, pero lo quieren tanto que no les importa si están en ésta etapa. Dios tiene un plan y podemos confiar en El.

Aprendiendo a pedir.

Aprendiendo a pedir...

Ser Cristiano no significa que siempre lo tendrás todo, incluso puede ser que pases toda a vida tratando de obtener algo y esto nunca ocurra.

De hecho en Santiago 4, se nos advierte que en muchas ocasiones no recibimos lo que queremos porque pedimos mal.

Tal vez puede ser que a veces pidamos por el proceso de obtención y no por lo que en realidad necesitamos, como le ocurrió a una persona que tenia planeado viajar, y pedía a Dios que le ayudara en aprender a decidir que camino tomar.
En vez de pedirle a Dios dirección para llegar a su destino.

Jesús dijo que el sabe de nuestras necesidades antes que nosotros le pidamos.

Salomón oró pidiendo sabiduría para dirigir al pueblo de Israel, el no pidió tener a los mejores maestros de su época, y Dios le recompensó mas allá de lo que el pidió. Porque pidió conforme a la voluntad de Dios.

Si aun no recibimos lo que deseamos, nos vendría bien pensar en lo que estamos pidiendo, y creyendo, lo recibiremos.